Culminando un largo proceso que se inició en enero de 2008, el Partido Democrata de los Estados Unidos nominó oficialmente ayer la fórmula Obama-Biden para la elección presidencial del 4 de noviembre. Este ciclo de elecciones primarias ha sido una demostración ejemplar de lo que se entiende por democracia interna en los partidos.A principios del siglo XX, el llamado Movimiento Progresista impulsó, en Estados Unidos, la adopción del sistema de primarias (cerradas, semicerradas o abiertas) para terminar con el poder de las cúpulas partidarias y garantizar a los miembros de los partidos una participación determinante en la selección de los candidatos.La democratización interna de los partidos es un requisito indispensable para la legistimación de los candidatos, para el fortalecimiento de los partidos, para ampliar la participación de la ciudadanía y, en consecuencia, para mejorar la calidad de la democracia.Democracia interna no es sólo convocar a elecciones; es también respetar el resultado de esas elecciones. La Senadora Hillary Clinton que obtuvo 18 millones de votos en las primarias, perdió y apoyó públicamente a Barack Obama, el candidato triunfador.Una realidad bastante distinta de lo que sucede en nuestro país donde la mayoría de los candidatos de la última elección presidencial fueron resultado de acuerdos de cúpula, o de la simple y sencilla «dedocracia».Ayer Barack Obama centró su discurso de aceptación de la nominación en la idea del cambio y la recuperación de la promesa americana. Otro 28 de agosto, pero de 1963, Martín Luther King pronunciaba en Washington su célebre discurso «Tengo un Sueño».
Discurso de Barack Obama ante la Convención del Partido Demócrata en Denver: http://my.barackobama.com/page/community/post/samgrahamfelsen/gG5l5C«Tengo un Sueño», discurso de Martin Luther King pronunciado en Washington el 28 de agosto de 1963: http://buscabiografias.com/discurso.htm