Las nuevas tecnologías están revolucionando la forma de participación ciudadana en las cuestiones públicas. A los mecanismos de democracia semidirecta -la iniciativa popular, el referéndum, el plebiscito, la revocatoria de mandatos- se van sumando otros canales de participación no institucionalizados aún que le permiten al ciudadano interesado acceder a información, expresar su opinión y hacerla circular en forma amplia, rápida y a muy bajo costo.
Las nuevas herramientas de comunicación y sobre todo Internet permiten la rápida organización de redes y la instalación de iniciativas colectivas superando las restricciones territoriales. Internet han cambiado la forma de hacer campaña, de comunicarse con los potenciales electores. La utilización de estas herramientas ha permitido, en la actual campaña presidencial de los Estados Unidos, modificar el esquema de financiamiento de la campaña, aumentando el peso relativo de los pequeños donantes vis à vis los grandes aportantes.
En los primeros momentos de la aplicación de estas herramientas al campo político la preocupación de algunos teóricos se centraba en la sospecha de que estos instrumentos limitarían la deliberación propia de la democracia y aislarían a los sujetos que quedarían solos frente a su computadora para simplemente expresar su voto por el sí o por el no a alguna iniciativa. Lejos de restringir el debate, la evolución parece seguir el camino de la apertura de un nuevo espacio de deliberación, diverso del Agora, de la plaza, del parlamento, pero igualmente útil, libre y abierto.
Internet permite además recabar adhesiones en torno a determinadas iniciativas para poner de manifiesto el respaldo ciudadano que las avala. La iniciatvia popular -prevista por la Constitución Argentina en el artículo 39 y regulada a través de la Ley 24.747- consiste en la presentación de un proyecto de ley apoyado por una cantidad de firmas, recogidas con los requisitos fijados por la ley. La ley no prevé la utilización de internet como forma de recolección de firmas. Probablemente en el futuro se incorpore el mecanismo, con los recaudos necesarios para evitar maniobras y comprobar la veracidad del apoyo.
Sin embargo, y aunque no constituye la puesta en marcha de una iniciativa popular, es posible utilizar Internet para buscar apoyo a ciertas iniciativas. La tecnología permite hoy asegurar que cada ciudadano sólo pueda ingresar una vez su opinión o apoyo. El resultado no tiene valor jurídico o institucional, pero sí tiene valor político y sobre todo abre un nuevo espacio de participación democrática.
En Argentina hay en marcha, por ejemplo, una iniciativa que aspira a lograr 1 millón de firmas reclamando la normalización del INDEC .
La transparencia como estándar de «buen gobierno» no se satisface con la publicación de cualquier información, sino con el acceso a información veraz y actualizada sobre la gestión pública. Desde principios de 2007 el gobierno argentino se empeña en dibujar la información estadística que brinda el INDEC.
En los primeros momentos de aplicación de esta política de ocultamiento de la realidad se sucedían las discusiones sobre la metodología utilizada para obtener datos tan llamativos y diversos de lo que se percibía a simple vista. Hoy ya nadie discute. Simplemente se espera el anuncio mensual de la cifra del Indice de Precios al Consumidor como quien espera el chiste del mes.
Para participar y sumar apoyo a la iniciativa hay que ingresar al siguiente link:http://www.ateindec.org.ar/