Las cuentas de la Campaña Kirchner-Cobos


De nada sirven las reglas -por muy estrictas que parezcan en su formulación- si los jueces no resuelven, si las sanciones no se aplican, si da lo mismo cumplir que no cumplir.

A tres años de la elección presidencial 2007, y cuando todos los plazos están vencidos, la Jueza Servini de Cubría todavía no resuelve sobre la aprobación o rechazo de las cuentas presentadas por el Frente para la Victoria. La Cámara Nacional Electoral ha intimado a la jueza para que resuelva de una vez por todas. El Fiscal Electoral se ha manifestado por la desaprobación de las cuentas.

El financiamiento de la campaña Kirchner-Cobos es un muestrario interesante de lo que no debe ser. Primero fue el escándalo de la valija con los dólares de Antonini Wilson. De confirmarse que ese dinero venía destinado a la campaña y que otras valijas habrían entrado con el mismo destinto, como afirmaron algunos testigos en el juicio en Miami, se habría violado la prohibición de aportes de gobiernos o empresas extranjeras.

Poco después las investigaciones periodísticas detectaron que muchos de los donantes que figuraban aportando a la campaña no habían puesto un peso, no estaban ni enterados de que sus nombres aparecían en los listados presentados por el FPV, o directamente se trataba de personas que no tenían recursos como para aportar a las campañas -ni a la de Cristina Fernández ni a la de ningún otro candidato-. Se los denominó aportantes fantasmas, aunque los verdaderos fantasmas eran los que se ocultaban bajo los nombres utilizados en el listado. Este procedimiento viola la prohibición de aportes anónimos. Cuando la ley prohíbe los aportes anónimos lo que se busca es saber quién está detrás de los candidatos. No se trata de tomar la guía de teléfonos y escribir cualquier nombre en el listado. Parece elemental, pero evidentemente los responsables de las cuentas del Frente para la Victoria no lo tienen del todo claro.

Más tarde los registros de donantes de la campaña Kirchner-Cobos empezaron a teñirse con otras sospechas. El Triple Crimen de General Rodríguez mostró la vinculación de la campaña con una de las víctimas. Sebastian Forza figura como donante de campaña. Era llamativo que teniendo un récord de cientos de cheques rechazados, justo el cheque aportado a la campaña se hubiera hecho efectivo. Y las irregularidades siguieron, al Triple Crimen se sumó la Mafia de los Medicamentos, una organización de insospechados alcances que se vincularía con la falsificación de medicamentos, el tráfico de efedrina, el cobro fraudulento de subsidios del Estado destinados a las obras sociales. Apareció también el que podría ser el primer «arrepentido» en materia de financiamiento de la campaña que explicó que en realidad muchos de los que figuran como aportantes, simplemente prestaron cheques que sirvieron para blanquear fondos que no se podían declarar. Otra vez, donaciones anónimas encubiertas por donantes aparentes, esta vez no sacados de la guía de teléfonos, sino de las agendas vinculadas con la trama de la Mafia de los Medicamentos.

Después de todo esto ¿pensará la jueza aprobar la cuentas? ¿Cuánto tiempo más necesitará para aplicar las sanciones correspondientes? Recordemos que algunas de las sanciones previstas en la ley consisten en la pérdida del derecho a recibir aportes públicos para la campaña electoral del 2011.

Mientras esto ocurre, el proyecto de Presupuesto presentado esta semana por el Jefe de Gabinete omite determinar el «módulo electoral» que, según la ley 26.571 aprobada en diciembre de 2009, es la base para fijar el límite de gastos para las primarias y la campaña electoral 2011. Ese «módulo electoral» es el parámetro necesario para que la Cámara Nacional Electoral informe cuál será el límite de los aportes privados a la campaña. La omisión es llamativa, sobre todo cuando la propia Cámara Electoral remitió al Congreso a principios de año, una nota indicando que no podía cumplir con esa obligación en 2010 porque el presupuesto no indicaba cuál era el valor del módulo. Sin «módulo» no hay límites y sin límites no habrá incumplimiento de la ley. ¿Será una casualidad?

Publicado en EL ESTADISTA, Nº 15, Buenos Aires, 23 de setiembre al 6 de octubre de 2010