La lucha contra la corrupción no se limita a la reacción oportuna y efectiva cuando se producen los escándalos. Es necesario trabajar en un sistema sólido de ética pública para garantizar que la acción de los funcionarios esté en línea con los principios elementales de integridad y para prevenir la corrupción detectando y eliminando los conflictos de interés.
En estos últimos días se ha discutido mucho el tema del nombramiento de familiares de los funcionarios. El problema se solucionaría fácilmente si la regla fuera la de los concursos públicos de mérito.
Para evitar el nepotismo sólo haría falta cumplir la ley de ética pública vigente. Parece que a algunos funcionarios no les quedaba del todo claro, por eso se ha dictado el Decreto 93/2018, referido a parientes hasta el segundo grado de Presidente, Vice y ministros. Una medida con más peso simbólico que real y limitada a algunos casos.
Resulta indispensable que se dicte una nueva ley de ética pública.
Nos ocupamos de estos temas en el Capítulo IV [Descargar PDF] del Informe de Poder Ciudadano – Corrupción y Transparencia 2016/17. Y tambien en el artículo «»Pendientes en Transparencia»» publicado en Clarín, Buenos Aires, el 11 de Enero de 2018. https://www.clarin.com/opinion/pendientes-transparencia_0_ryqOlxE4f.html