A pesar de su pregonada voluntad de no dictar Decretos de Necesidad y Urgencia, la presidente Cristina Fernández de Kirchner puso la firma en su primer DNU. En la conferencia de prensa del pasado 2 de agosto, doña Cristina se había vuelto a quejar de que nadie había destacado el hecho de que ella no firmaba DNU y que eso era prueba de la calidad institucional de su gobierno.Vamos por parte. Eso de que no había firmado DNU es una verdad a medias. En efecto si una ley de la Nación establece que determinada acción requiere de una ley de congreso y la presidenta firma un decreto «común y corriente» adoptando a sola firma esa decisión, sin pasar por el congreso; ese decreto es un DNU aunque no lo reconozca así la presidenta. De este tipo de DNU Cristina ya lleva dictado varios. Y es sabido que en Derecho, los actos jurídicos son lo que son y no importa el título que le ponga quien los firma. Sobre esta cuestión volveremos otro día.La auto-elogiada voluntad de la presidenta de no dictar estos DNU desapareció por la puerta grande. En efecto, su «primer» DNU fue nada más y nada menos que para modificar en un 25% el Presupuesto General de la Nación. Recordemos que el Presupuesto General es la herramienta más importante de política pública que corresponde constitucionalmente al Congreso que fija anualmente cuánto se gastará y en qué se gastará, directivas a las que el Ejecutivo debería atenerse. Como ya vimos en otros artículos, esa facultad congresional ha quedado absolutamente desvirtuada en nuestro país a través de los super-poderes del Jefe de Gabinete y, cuando con ello no alcanza, a través de los DNU del presidente.Además de modificar la Ley de Presupuesto, por el DNU 1472/08 (B:O: 16-09-08) -y esto ha pasado desapercibido- la Presidente ha modificado también:a) la Ley de Ministerios para darle más facultades al Super-ministro de Planificación para el manejo del paquete accionario del Estado en las empresas de transporte aerocomercial;b) la Carta Orgánica del Banco Central de la República, aprobada por Ley 24.144. En su artículo 19 la Carta Orgánica del BCRA prohibe al Banco conceder préstamos al gobierno nacional y eso es precisamente lo que este DNU le autoriza a hacer, para poder implementar -si es que el gobierno persiste en esa decisión- el pago de la deuda con los países acreedores que integran el Club de París. La decisión es de suma gravedad porque esa prohibición fue establecida por la ley para garantizar la autonomía del BCRA y para evitar que los gobiernos de turno utilicen las reservas que respaldan la moneda y las reemplacen por «pagarés» oficiales.c) la Ley 19.485 que establece una bonificación especial a los jubilados y pensionados que viven en la patagonia. El coeficiente de bonificación que era de 1.20 pasó a ser de 1.40; se incluyeron en el beneficio a las pensiones no contributivas, graciables y las que corresponden a los Veteranos de Malvinas; se amplió la zona de beneficio a la provincia de La Pampa y al partido de Carmen de Patagones de la provincia de Buenos Aires. Justo cuando se discute una cuestionada norma de movilidad de las jubilaciones, la presidenta decidió reforzar un privilegio a favor de los jubilados de «la patagonia» en desmedro de los jubilados que residen en el resto del territorio nacional. ¿Cuál es la diferencia entre un jubilado que reside en Córdoba, en Formosa o en Salta y uno que reside en La Pampa? ¿No era suficente el privilegio del que ya gozaban? ¿Era necesario aumentarlo?Los fundamentos del DNU son llamativos porque la propia presidenta reconoce que «el Poder Legislativo Nacional habría de abocarse rápidamente al tratamiento del pertinente proyecto de ley» . A pesar de reconocer que el congreso podía actuar rápidamente, lo mismo la presidenta decidió «legislar por decreto». Parece, entonces, que la razón de ser de este DNU no es la urgencia o la imposibilidad de esperar el trámite normal de la ley, sino el temor a que el congreso no fuera tan dócil a los deseos del Poder Ejecutivo.Un conocido refrán español dice que «A cada chancho le llega su San Martín»; parece que en nuestro país «A cada presidente le llega su primer DNU».